viernes, 12 de julio de 2013

El movimiento del ojo humano


El movimiento en el ojo humano es originado gracias a los músculos extrínsecos del globo ocular que se encuentran en la estructura del ojo, estos conforman una musculatura voluntaria formada por seis músculos, cuatro rectos y dos oblicuos, que se encuentran en el interior de la órbita y se encargan del movimiento del globo ocular.

Los músculos son: recto superior, recto inferior, recto medial o interno, recto lateral o externo, oblicuo superior o mayor y oblicuo inferior o menor. Los músculos se originan en el anillo tendinoso conocido también como anillo de Zinn.

La acción combinada y controlada con precisión de estos músculos permite el movimiento vertical, lateral y de rotación del globo ocular. Las acciones de los músculos de los dos ojos normalmente están coordinadas de modo que el movimiento de ambos globos oculares coincida, lo cual se conoce como mirada conjugada. Los globos oculares deben tener un movimiento sinérgico o paralelo, es decir, coordinado para formar una única imagen en el cerebro.



Movimiento Sacádico en los ojos

La finalidad de los movimientos sacádicos puede ilustrarse mediante el ojo. Los humanos no miran una escena de forma estática por lo general. En vez de esto, los ojos se mueven, detallando una escena y construyendo un mapa mental referente a ella. En el ojo humano, una razón para la existencia de las sacadas es que sólo la parte central de la retina, la fóvea, tiene una alta concentración de células fotorreceptoras sensibles al color.

Además de los movimientos sacádicos, el ojo humano está constantemente en un estado de vibración, oscilando adelante y atrás a un ritmo de unas 60 veces por segundo.

Estas microsacadas son movimientos de poca amplitud, aproximadamente 20 segundos de arco por movimiento, y son completamente imperceptibles en condiciones normales. Este tipo de movimiento sirve para actualizar la imagen proyectada en los bastones y en los conos de la retina. Sin estas microsacadas, mirar fijamente a un punto provocaría un cese de los estímulos enviados al cerebro, ya que los bastones y los conos sólo responden a cambios en la luminancia.


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