Se puede decir que el agua está
contaminada cuando sus características naturales se encuentran alteradas. Su
consumo o contacto puede causar enfermedades a las personas
Por: Javier Guerrero
Con el crecimiento desenfrenado de la
población en el mundo y su concentración en grandes ciudades, resulta muy
difícil prevenir la contaminación del agua. A este apreciado y vital elemento
como lo es el agua, es ensuciado con distintos desperdicios humanos y animales,
desechos químicos e industriales, volviéndose no apta para su consumo y demás
usos.
El agua contaminada es nociva para la
salud, en ocasiones puede no parecer sucia, pero puede tener microbios
peligrosos o productos tóxicos que puede afectar las personas e incluso, causar
enfermedades.
Agua contaminada y salud visual…
El uso y consumo de agua contaminada,
puede ocasionarnos diversas afecciones a nuestro cuerpo, en este caso a la
salud visual.
Los ojos son uno de los órganos más
importantes que tienen los humanos y animales, ya que brinda la posibilidad de
poder ver el mundo en el que nos desplazamos, y una afección a los mismos nos
puede otorgar diversas molestias que nos interrumpen las actividades del día a
día.
Algunas enfermedades que puede causar
el agua contaminada son:
La Oncoceriasis o ceguera de rio:
Esta es la segunda causa en el ámbito mundial que provoca la ceguera, es causa
por el “onchocerca volvulus”, un gusano parasito que se cría en los ríos y
pueden vivir al menos 14 años en el cuerpo humano.
Leptospirosis: A pesar de no ser una
enfermedad relacionada directamente con los ojos, igualmente afecta a la vista,
produciendo dolencias y ojos rojos.
Tracoma: Es una infección en la
membrana mucosa de las pestañas, que inicia con una congestión e hinchazón de
las pestañas con desgarre y perturbación de la visión. Suele afectar a la
cornea y puede ocasionar una ceguera parcial o total.
¡No abras los ojos bajo el agua en
piscinas y playas!
Si bien, hoy en día las medidas
sanitarias de las piscinas son muy efectivas y seguras, no siempre se
encuentran 100% libres de riesgos. El exceso de cloro, los productos químicos,
hongos, células muertas, entre otras cosas, pueden ser factores que lleven a
ocasionar irritaciones, alergias e infecciones oculares como la conjuntivitis infecciosa.
Para poder detectarlas, hay que estar atentos al clásico “ojo rojo”; si el
síntoma perdura más de 24 horas, y a eso se le suma una visión borrosa,
hinchazón, molestias y dolor, es necesario acudir a un especialista.
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