Por: Javier Guerrero
El efecto de la disminución del ozono sobre la superficie terrestre,
aumenta los niveles de radiación ultravioleta. Este tipo de radiación UV afecta
tanto a los seres humanos como a los animales y plantas.
Los incrementos de los rayos UV han sido observados no sólo bajo el
agujero que se encuentra en la Antártida sino en otros lugares como los Alpes y
Canadá. En pocas palabras, se puede decir que los efectos de la disminución del
ozono afecta la salud humana, los ecosistemas terrestres y acuáticos.
Según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), las radiaciones ultravioleta pueden
ocasionar efectos agudos conocidos como fotoqueratitis (inflamación de la
córnea) y fotoconjuntivitis (inflamación de la conjuntiva). Estas afecciones desaparecen por completo, pero se pueden
prevenir fácilmente usando lentes de sol.
Efectos crónicos de
las radiaciones ultravioleta:
·
Cataratas: enfermedad de los ojos en la que el cristalino se va opacando
poco a poco, lo que va disminuyendo la visión y acaba causando ceguera.
·
Terigión: carnosidad blanca o de color crema que aparece en la
superficie ocular.
También estas radiaciones pueden ocasionar otras enfermedades como los
pterigios, pingüeculas y degeneración macular que de igual manera perjudican la
salud visual.
Es importante resaltar que cada diez años perdemos un 3% de la capa de
ozono, esto aumenta el riesgo de padecer enfermedades visuales causadas por el
sol.
Los lentes de sol deben usarse es por salud y no por moda, ya que,
aunque no nos demos cuenta, la exposición natural del día a día va
ocasionando cierto deterioro a los ojos, que aunque no lleva a la ceguera, con
el tiempo disminuye la visión.
Como recomendación final, evite exponer los
ojos directamente hacia la luz del sol, si estará en la calle use lentes de
sol, para así proteger sus ojos y evitar lamentables consecuencias para el
futuro.
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